Aeroclub de Beauvais-Tillé: con la cabeza en las nubes
El avión, una pasión, así es como el aeroclub de Beauvais Tillé resume el espíritu de esta asociación creada en 1979. A bordo del Jodel D120 o del Robin DR 400, los aviadores hacen vivir sensaciones únicas a los turistas y a los locales que quieren sobrevolar su territorio.
«Tras mi periodo de instrucción al pilotaje, pude volar solo con 15 años. Una libertad total que esperaba desde hacía tiempo» cuenta Charly, de 24 años, miembro del aeroclub desde hace diez años y convertido en piloto profesional.
Especialmente le gusta el espíritu de compañerismo que reina entre estos hombres y mujeres del club que proponen bautismos de aire a los turistas y habitantes que quieran coger los mandos, durante un vuelo descubrimiento, de un Robin DR 400 o de un Jodel D120. Todos tienen la suerte de admirar la catedral vista desde el cielo, pero también la cima de la Torre Eiffel y algunos, hasta sobrevolar su casa.
Bruno Maillard, el presidente del club, vivió su primer vuelo de bautismo de aire con tres meses junto a su padre Jacques, fundador del aeroclub, y propone una fórmula cada vez más valorada que incluye 15 minutos de briefing, 30 minutos de vuelo a los mandos de un avión acompañado de un instructor. Para muchos, es un sueño y una idea de regalo muy original. ¿Imagináis convertiros en pilotos de avión por un momento? Os apetece ¿verdad?
A mí me encanta llevar a los niños a volar. Suben en el avión y descubren nuestra bonita región. Desde arriba, quedan boquiabiertos y al bajar a tierra están encantados y solo quieren una cosa, ¡volver a subir!
François-Xavier David, tesorero del club